Santander

la vida es curiosa. Cuando una se lo pasa bien y parece que va todo viento en popa te biene con una ola y te vuelca el barco.

Parece que te esté observando y en cuanto te olvidas te da un sopapo para que recuerdes que la vida también tiene un poco de infierno. Parece como si no quiesiera que fuésemos felices. Ya ves. Con todo ha sido un maravilloso fin de semana. Me gusta Santander, lo que no sé si sería capaz de vivir allá todo el año.
Bueno, hoy no sé que pasa pero no puedo cargar fotos. De entrada el ordenador está haciendo riuducos raros.Mañana lo intentaré de nuevo. Tengo alguna de chula pirula.

Llegué el viernes por la mañana a Bilbo y fui directamente a ver el Guggenheim. Impresionante. Vale la pena ni que sea por la arquitectura. Vi una exposición temporal que me interesaba de pintura rusa, des de los iconos del s.XV hasta pintura del s.XX. Mereció la pena.
llegué a Santander por la tarde y después de dejar la mochila en casa ( de Chus) fuimos a tomar unas copitas y unas tapas. Qué rico.
El sábado hicimos una excursioncilla a Sonabia ( al lado de castro-urdiales). Hay unos acantilados (200-300m) encima del mar que albergan la colonia de buitres mayor de toda la costa europea. Estubimos arriba de las peñas observándoles durante mucho rato y luego ya bajamos a la playa para darnos un chapuzón.
Por la noche en casa escuchando música y viendo video-clips de grupos, para mi hasta entonces desconocidos ,The Used, Funeral for Friend, Finch, The great of the year, y otros tantos.
El domingo estubimos de turistas por la ciudad. Alquilamos unas bicicletas ( servicio gratis ofrecido por el ayuntamineto) y fuimos al faro de cabo mayor. Después de comer, bañuco en la playa de Mataleñas y ya de vuelta a Bilbao.
Qué bien. un fin de semana tranquilisimo con un buen amigo. Me encanta charlar con Chus, porque me escucha. Es una persona con la que hablo sin tapujos. No digo que le haya contado todo los secretos de mi vida, pero vaya, tampoco me corto. Muchas veces cuando he tenido problemas es con él con quien me desahogo. Aunque en esta ocasión no hemos hablado como en otras, creo que no hacía falta. A veces el silencio son las mejores palabras.

Es curioso como a veces amigos con los que te ves de vez en cuando, una vez al año si hay suerte, tienes mucha más confianza que con otras personas con quienes compartes la mayor parte del año. Manera de ser, manera de ver.
Otra cosa que me ha sorprendido ha sido que el alquiler de bicis era gratis! estamos acostumbrados a un capitalismo tan radical que ya la gratuidad nos sorprende. Triste pero cierto. ç